Memorando (español)

Memorando del movimiento «No a la OMC»

En los últimos años, se han intensificado intentos de involucrar a Rusia en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Las autoridades de nuestro país le otorgan a esta  finalidad el estatus institucional más alto. De esto hablan tanto el presidente y el primer ministro.
En modo alguno se puede permitir que esto ocurra  ya que el ingreso en la OMC supondrá muerte segura del desarrollo socioeconómico de la Federación de Rusia.
Ha llegado la hora de decir: «Rusia está en contra de la OMC».

Declaramos que la adhesión de Rusia a la OMC por sus consecuencias desastrosas sería comparable a la caída de la Unión Soviética en 1991 y probablemente superará el efecto negativo que trajo consigo la «reforma» de 1991-1998. Y eso ocurrirá muy pronto.

¿Por qué nos oponemos a la membresía en la OMC?

 

En primer lugar, porque no tiene sentido.

En los últimos años la Organización Mundial del Comercio ha demostrado claramente su incapacidad de asegurar el desarrollo para los países no occidentales que ingresaron en la Organización. Es más, son más que evidentes los efectos adversos de la adhesión a la OMC de «mercados emergentes» de estos países, a los que pertenece también la economía de la Federación de Rusia. Los más fuerte en la OMC siempre tienen razón, a menudo violando con impunidad las reglas de la propia Organización Mundial del Comercio.

Incluso el tristemente célebre FMI reconoció la ineficacia de la OMC. En uno de sus informes, confirmó que la pertenencia a la Organización Mundial del Comercio no trae ningún beneficio económico. El informe dice que muchos países, principalmente los Estados Unidos, violan los acuerdos logrados, otorgando  beneficios y preferencias individuales, echando por tierra la idea del libre comercio. Ahora la OMC se ha convertido en una organización declaratoria que no cumple su función, sgún lo que han hecho constar los expertos del FMI. La adhesión a la OMC en modo alguno significa para el país el libre acceso a las transacciones comerciales con cualquier socio y miembro de la OMC en los términos de la organización. Todo esto no es más que un mito. Por el momento, el comercio mucho más rentable es el que se mantiene sobre una base bilateral con sus socios tradicionales, así como la participación en las alianzas regionales.

La OMC es  una organización creada para servir a los intereses del capital financiero durante el período de la globalización. La supertarea de la OMC: dejar que el más rico y desarrollado sea el que logró hacerlo hasta principios de los 90 y los que se aprovecharon de la desmembración de la Unión Soviética. Y dejar pobres y subdesarrllados, marginados  del capitalismo periférico  a todos los demás.

Ahora, sin embargo, esta variante de globalización se ha vuelto incapaz, pues el mundo se encuentra en el umbral de la división regional multimonetaria..

La OMC actual inevitablemente se derrumbará. ¿Por qué entonces participar en ella?

 

En segundo lugar, la supervivencia del país requiere una nueva industrialización, el desarrollo de nuevas formas de asentamientos (como alternativa a las  megalópolis superpobladas insalubres), nueva explotación de las tierras agrícolas abandonadas, nueva explotación/desarrollo de Siberia y el Lejano Oriente, una política demográfica fuerte en forma de apoyo masivo a la tasa de natalidad de los rusos como etnia titular de  Rusia. Pero ningún país del mundo ha hecho cosa semejante, guiándose por los principios del total aperturismo (según las normas de la OMC).. Todos los ejemplos de éxito de la industrialización y el desarrollo acelerado en el mundo a lo largo de la historia, comenzando con la Revolución Industrial en Inglaterra, están asociados a un proteccionismo razonable, la planificación, proyección, apoyo a las empresas nacionales. Algunos países entraron en la OMC sólo después de haberse fortalecido y desarrollado. Tal como lo hizo China.

Involucrando a Rusia en la OMC, un puñado de fundamentalistas liberales nos condena a la pérdida de muchos millones de puestos de trabajo en un plazo muy corto. En las condiciones concreta de loas años 2010, la eliminación del proteccionismo y la concesión a las empresas extranjeras del mismo trato en nuestro país que a las empresas nacionales (es  una condición clave para el ingreso en la OMC) supone un desempleo masivo y la quiebra no menos masiva de miles de empresas nacionales. En el marco de la OMC no podremos competir (sin protección) con la economía real de China. China ha hecho que el coste de producción logre los límites más bajos. Para competir con China ateniéndose a las normas de la OMC, nuestros trabajadores tendrán que trabajar  sin goce de sueldo (prácticamente por nada), renunciando a las pensiones y cualquier «paquete social», negándose a sí mismos en todo-

En las negociaciones sobre el ingreso en la OMC se nos exigió de inmediato que las tarifas de electricidad y otros recursos energéticos en un país frío se acercaran a las mundiaes. Esto significa que,  siendo iguales todas las condiciones, la falta total de competitividad de la industria rusa. Porque no podremos lograr que los costos laborales sean  menores que los chinos,. Igual que reducir las distancias o cancelar un invierno de seis meses con sus fuertes heladas. No podremos sacar el 60% del territorio ruso de la zona de permafrost, lo que no conoce China con su clima templado y subtropical.

El ingreso en la OMC puede llevar a la desastrosa pérdida del 40% de puestos de trabajo en el país. El golpe más duro le tocará a la agricultura y la industria alimentaria. Siendo miembro de la OMC, Rusia ya no podrá restringir la entrada de productos extranjeros. Científicos de la Academia Rusa de Ciencias Agrarias han estimado que después de la entrada en la OMC tan sólo la industria agrícola de Rusia va a perder US $ 4 mil millones anuales. Ya está claro que nuestra industria ligera, que apènas se ha puesto a flote,  quedará mortalmente herida. Levantadas todas las restricciones no arancelarias, los incansables chinos fácilmente  llegarán a dominar no sólo la UE, sino también arrollarán a los productores de Rusia. Una fuerte sacudida espera a la industria de construcciones mecánicas: la existencia misma de la ingeniería mecánica, la industria del automóvil y sobre todo, la construcción de  aviones, quedará en el aire.

En tercer lugar, creemos que la Federación de Rusia carece de lo que tienen nuestros competidores en la OMC.

No hay un sistema bancario nacional fuerte que sea capaz de ofrecer grandes préstamos a largo plazo y bajo interés.
Rusia carece  de una política industrial bien definida.
No existe un sistema nacional de innovación en toda regla.
No hay verdadera lucha contra la corrupción estragante.

No hay Estado sano y eficaz.

¡Prácticamente no hay nada! No tenemos «músculos» ni salud que necesitamos para luchar por un lugar bajo el sol.

Según datos facilitados por la Cámara de Industria y Comercio de la Federación de Rusia, sólo el 10% de las empresas rusas están listas para trabajar según las normas y prescripciones de la OMC.

Según la “nota analítica”  de los propios partidarios de la adhesión de Rusia a la OMC (Escuela Superior de Economía y Ministerio de Desarrllo Económico y Comercio), tras la adhesión de Rusia a la OMC veintie regiones no podrán competir con las importaciones. El informe identifica las áreas en las que la apertura de los mercados internos a las importaciones repercutirá muy negativamente en las empresas locales. Entre ellos están las regiones de  Perm, Orenburg, Kemerovo, Moscú, Sverdlovsk, Voronezh, Kursk, Riazán, Nizhny Novgorod, Kirov, Tyumen, Irkutsk, Altai, Krasnodar, Krasnoyarsk, Primorie, Khabarovsk, el  Khanty-Mansi, la República de Udmurtia, la República de Tatarstán Moscú y San Petersburgo.

Esto es, básicamente, la zona central del país. Peor aun será en las regiones donde las empresas industriaales son formadoras del presupuesto  entre ellas esten Ivanovo, Perm, Kostroma, Kursk, Moscú, Tula, Vladimir, Volgogrado, Samara y Togliatti.
Por lo tanto, nuestros poderes que involucran a Rusia en la OMC están corren el riesgo de convertir los territorios enormes y más poblados del país en una zona de degeneración y abandono.

Es lógico que el choque socio-económico que la nación sufrirá después de la adhesión a la OMC provoque la disminución catastrófica en la ya de por sí baja tasa de natalidad entre los rusos, que son la etnia principal del país.  Cuando a una cuna en Rusia le corresponderán dos o tres ataúdes, esto será el final de la civilización rusa, nuestra irreversible degeneración física. La inevitable caída de los ingresos presupuestarios después del cierre de miles de empresas llevarán al colapso del sistema de pensiones, a la horrenda reducción del gasto en la ciencia, la educación y la cultura, comparable a lo que sucedió en los años 90.

La adhesión a la OMC facilitará aun más que ahora  la fuga de capitales, y las inversiones no se harán en nuestra economía sino en la de otros países, principalmente los estados occidentales.

La adhesión a la OMC sigue la lógica que se ha formado a partir del momento de la “perestroika” de Gorbachov: ingresar en el «club de elite” mundial, incluso a costa de nuestra destrucción final.

De modo que el ingreso en la OMC no sólo es absurdo desde el punto de vista del sentido común sino es para nosotros simplemente mortal.

¡Por lo tanto, tenemos el derecho a expresar la protesta nacional universal!
Debemos actuar hombro con hombro para oponernos a esta desastre nacional.

 

V.A. Kucherenko — Neyromir-TV
V.V. Averyanov — El Instituto de conservadurismo dinámico
M.G. Delyagin – Partido “Patria: sentido común »
V.E. Khomiakov — Movimiento «Asamblea del Pueblo»
V.P. Orlov – Sociedad Veche
N.V. Starikov – publicista, escritor,
A.P. Parshev — escritor, publicista,
y otros

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